Hugo Ach

Figura vs Figurantes

Desvaríos: Figura vs Figurantes

______________________________________________________________________________________________________________


 





Tom, John, Kevin, Frank y Anthony crecieron juntos. Siempre jugaban juntos en los recreos a subirse a los bancos de su colegio e imaginarse que daban un concierto. Soñaban con ser cantantes cuando fuesen mayores, tener un gran prestigio y dejar huella en el panorama musical. Así fueron pasando sus primeros años de vida, emulando ser los futuros Backstreet Boys.
 

Cuando tenían 12 años, se presentaron al certamen del pueblo interpretando la canción favorita de sus ídolos Everybody. Quedaron finalistas, siendo derrotados por una chica de 16 que cantó Saving All My Love For You de Whitney Houston. Esto hizo que Kevin se sintiera decepcionado y les dijo a sus amigos que no volvería a cantar encima de un escenario.

 
A los demás a penas les afectó la derrota y siguieron pensando que era posible. Se reunieron y decidieron empezar a escribir sus letras. Quedaban todos los jueves por la tarde para unir los trozos que habían escrito cada uno y darle un poco de ritmo con piezas musicales que se bajaban de internet. Así estuvieron durante su etapa en el instituto, en la que perfeccionaron su estilo y ganaron tres veces consecutivas el certamen (todas ellas cantando temas propios).
 
A los 18 les llegó la universidad, Tom se marchó a estudiar a 800 kms de distancia, por lo que se vio obligado a dejar el grupo y cuando llegó a su lugar de destino no tuvo fuerzas ni ilusión para seguir intentándolo por sí mismo. Frank pasó por una etapa difícil. Su entorno le hizo ver que era una pérdida de tiempo que consideraban valioso para sus estudios y que con la música no llegaría a ninguna parte. Al final él acabó cediendo y renunciando a lo que ahora veía como una estupidez. Así fue como el grupo inicial de cinco se había reducido a un dueto. John y Anthony.

Los dos siguieron con más fuerza que nunca, comenzaron a hacer conciertos de una manera frecuente en los pubs de los alrededores. De esta forma se dieron a conocer en la zona y en su octavo concierto recibieron una visita entre bastidores. Un mánager se interesó por su música y les ofreció grabar su primer disco de estudio. A pesar de ser una discográfica pequeña parecía que cumpliría con sus expectativas. Ellos sin dudarlo aceptaron, firmaron el contrato y no tardaron en ponerse a escribir nuevas canciones. Tras nueve meses de duro trabajo, por fin terminaron su LP y lo mandaron a las tiendas y a las radios. Tuvo una aceptación impresionante, a sus conciertos ya iban más de 100 personas. Pronto los pubs se dejaron de lado para dar paso a pabellones o teatros con más de 500 asistentes. Todo funcionaba perfectamente.

Al año y medio del lanzamiento, contactó con ellos Universal. Les ofreció una oportunidad imposible de rechazar, les triplicaban el salario, ponían más medios para sus discos, giras mundiales... John y Anthony aceptaron la propuesta, pero por culpa de la letra pequeña de su primer contrato no pudieron comenzar una nueva etapa. En el contrato había una cláusula que decía que todos sus derechos de imagen y decisiones comerciales serían tomadas por la discográfica durante los 5 primeros años. Se sintieron estafados plenamente por las personas que consideraban cercanas a ellos y esto desembocó en una trifulca con el mánager y la posterior ruptura en su relación profesional.

Se apartaron de ese mundo, John decidió hacerlo de una manera definitiva, poniendo así fin a lo que había dedicado toda su vida. En cambio, Anthony se negó a dejarlo, se sentía decepcionado pero no lo suficiente como para abandonar su sueño. Y empezó de nuevo, él solo, componía sus canciones y las grababa en su casa, canciones que después agrupaba en maquetas. Al paso de tres años, con el contrato anterior totalmente expirado, se atrevió a lanzar un disco en solitario y autoeditado. Volvió a dar conciertos en los bares y pubs a los que a penas asistían 50 personas. Mientras tanto él acababa de terminar su carrera universitaria y ensayaba todos los días para que cuando llegase el fin de semana y se subiese a un escenario, por pequeño que fuese, hacerlo lo mejor posible. Y así paso otro año, poco a poco se iban incrementando el número de asistentes a sus conciertos, de 50 a 100 y luego a 200. Sonó el teléfono, y para su sorpresa, era una llamada de Universal y le volvió a ofrecer el mismo contrato que se vio obligado a rechazar por culpa de una mala gestión. Esta vez lo leyó detenidamente, no quería vivir otra mala experiencia y tras haber aclarado absolutamente todos los puntos dudosos y de dejar claras sus preferencias, firmó. Y a partir de ahí grabó un disco por año. Sus conciertos se hacían en auditorios, teatros, estadios, plazas de toros...y en todos ellos se llenaba el aforo permitido. Había conseguido lo que siempre soñó, ser como sus ídolos.

Esta es la historia de cómo Anthony se convirtió en Figura.

 



 


En esta historia no defiendo la música como negocio, nada más alejado de mi intención.
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis