Inocencia

Desvaríos: Inocencia

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Son las 17.30 y sale de paseo como todos los días. Su felicidad se basaba en llegar a una fortaleza que compartía cada día con gente que conocía en ese preciso momento (hecho que le fascinaba aún más). Pero este día era distinto. No vestía la ropa que acostumbraba, sino que le habían puesto una telilla, que recubría su cuerpo y su cabeza, y unas botas nuevas que eran algo más altas y resistentes de lo normal. Empezó a preguntarse si su destino sería el habitual. Cuando pone una de sus pequeñas piernas sobre el asfalto se percata de que una gota cae sobre el fino manto que le había colocado su madre instantes antes de salir. No se lo podía creer: ¡Caía agua del cielo! Algo que consideraba una utopía. En un acto de incredulidad bajó la mirada y...¿Cómo podía ser que el suelo gris que había pisado día sí, día también desde que recuerda, se hubiera esfumado y hubiera dado lugar a pequeños riachuelos y lagunas? En un acto de valentía, se atrevió a pisar sobre una de ellas. Por primera vez se sintió como si fuera un Dios y pudiera hacer cuanto se le antojara, ya que tenía la certeza de que podía caminar sobre el agua.

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